Aquellas carreteras que presentan unas condiciones difíciles, irregulares y con pendientes suponen todo un reto incluso para los conductores más experimentados. Por este motivo, las casas fabricantes se preocupan por invertir en desarrollar sistemas de ayuda a la conducción, incluso para estas situaciones.
Uno de los desarrollos que más éxito ha tenido y que parece que mantendrá una próspera vida útil en vehículos de los próximos años es el control de descenso de pendientes. Este control de descenso de pendientes o HDC por sus siglas en inglés (Hill Descent Control), es un sistema de asistencia que ayuda en la conducción cuando hay que afrontar una pendiente especialmente pronunciada.
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Para entender el funcionamiento del control de descenso de pendientes hay que imaginarse (o recordar) la conducción ante una pendiente. En esta imagen, tenemos una superficie complicada ya sea porque hay nieve, el suelo está mojado o hay piedras sueltas. En cualquier caso, es un terreno por el que se hace especialmente difícil conducir el vehículo.
En estos casos, controlar la dirección ya supone todo un reto ya que la irregularidad de la superficie impide que el vehículo pueda circular en línea recta y con total estabilidad. Ahora sumamos a ello el control del freno. Debemos aplicarlo de forma estratégica, controlando la velocidad, la estabilidad del vehículo sin frenar del todo, pero con bastante seguridad como para no perder tracción. El control de descenso de pendientes se utiliza para estas ocasiones y con el fin de facilitar al conductor el control del vehículo.
Normalmente se localiza en forma de botón en el lado izquierdo de la zona del volante o en la consola central. Dependiendo del modelo de coche puede que esté ubicado en otra posición. Tiene un icono con forma de vehículo circulando en una pendiente. Al pulsar sobre el botón, un testigo con el mismo dibujo se enciende en el cuadro de instrumentos. Esto significa que el control de descenso de pendientes está activado.
El conductor, por su parte, tiene que preocuparse únicamente por la dirección con lo que su control sobre el vehículo será mayor. El control de descenso de pendientes se convierte así en un elemento de asistencia realmente útil incluso para los conductores más experimentados que ya conocen el reto que supone descender una pendiente pronunciada sobre superficies irregulares.
Hay que tener varias cosas en cuenta sobre el control de descenso de pendientes. Por ejemplo, hace falta que el vehículo alcance una velocidad mínima para que se ponga en funcionamiento. Además, también sirve para la marcha atrás y frena cada una de las ruedas de forma independiente.
El control de descenso de pendientes se inventó a finales de los 90 y, actualmente, ya está siendo incorporado a la mayoría de vehículos que pueden necesitarlo de forma más frecuente. Estos vehículos son los todoterrenos, los crossovers, prácticamente todos los SUV e incluso las camionetas más recientes.
En general, cualquier vehículo que, ya sea por carga, por peso propio o por una conducción habitual en zonas fuera del asfalto puedan hacer uso de este sistema. Es preciso señalar, además, que el control de descenso de pendientes es tan fácil de activar como desactivar.
Como suele suceder con los sistemas de ayuda a la conducción este se trata solo de un complemento y nunca sustituirá las funciones del conductor si este no quiere. Solo con pisar el freno o el acelerador, este sistema se desactiva, hasta que queramos volver a hacer uso de él.
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