En la durabilidad de un coche hay muchos factores a tener en cuenta. La cantidad de combustible es uno de los más importantes. Saber cuánto dura la reserva de un coche nos permite hacer una estimación aproximada de hasta dónde podemos llegar en él sin tener que repostar. Sin embargo, la cultura popular ha extendido también la creencia de que conducir en reserva no es algo bueno para el coche y puede dañarlo a largo plazo.
¿Cuánto de cierto hay en esta afirmación? ¿Y cuánto dura realmente la reserva de un coche? Analizamos estas cuestiones a continuación.
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Como probablemente te imaginarás, la reserva de cada coche es diferente por el volumen de combustible que permite almacenar cada uno. Ahora bien, existe un margen estimado de reserva de gasolina que va desde un mínimo de 50 Km hasta un máximo de 120 Km, salvo unas pocas excepciones en el mercado.
Así sabes que la reserva de tu vehículo estará dentro de este margen y probablemente tengas un ordenador de a bordo que pueda identificarte el valor exacto en pantalla. Sin embargo, esta medida depende a su vez de otros factores. Para empezar, el consumo de combustible será distinto entre un coche u otro. Pero además también dependerá de la velocidad a la que circulemos o incluso del tipo de conducción que apliquemos.
Por otro lado, es importante distinguir el tamaño de los vehículos. Por lo general, un coche grande tendrá un volumen de reserva mayor que el de uno más pequeño, entre otras cosas porque en lugar de almacenarse en un recipiente auxiliar, formará parte del porcentaje de litros que disponga el depósito.
Toda esta información la tiene en cuenta el ordenador de a bordo, pero aún así la cifra que indica de autonomía de Km no debe tomarse literalmente, sino como una estimación, ya que se basa en el consumo de combustible en tiempo real. En el momento en el que cambiemos de ritmo o de modo de conducción, la cifra se recalculará y puede mostrar mucha menos distancia de la que inicialmente se presentaba en pantalla.
La distancia que podamos recorrer en coche con la reserva de gasolina es otro punto que preocupa a muchos conductores; sobre todo en la suposición de que puede dañar al vehículo. Tradicionalmente la respuesta era rotundamente afirmativa. Los depósitos antiguos eran de metal y si sus paredes interiores se secaban podían oxidarse con bastante rapidez. Por tanto, ir en reserva era un riesgo poco recomendable.
En la actualidad los depósitos suelen ser de un plástico específico que no se va a dañar ni oxidar por el hecho de que falte combustible. Por tanto el riesgo ya no es tan alto como antes, pero a pesar de ello sí que puede ocasionar problemas. Para empezar porque cuanta menos gasolina haya, más concentración de suciedad se va a producir. Esta suciedad atravesará los filtros del depósito y ahí sí que pueden presentarse inconvenientes.
Además, utilizar la reserva demasiado tiempo hará trabajar más el propulsor, lo que puede afectar a su rendimiento. También forzaremos más la bomba de succión y se puede colar aire haciendo que la mezcla de aire y combustible sea menos eficiente.
Todas estas acciones pueden que no vayan a repercutir en una avería directa por el hecho de conducir en reserva, pero sí que van a acelerar el desgaste de los componentes y a ofrecer un rendimiento peor en la conducción con el combustible que quede. Por tanto, lo aconsejable es que cuando la reserva se active y tengamos conocimiento de ello, busquemos la estación de repostaje más cercana.
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