La gasolina low-cost convive con la tradicional en estaciones de repostaje que hay repartidas por todo el territorio nacional.
Su precio económico representa un aliciente muy atractivo para los conductores; sin embargo, no gozan de la misma aceptación que las estaciones convencionales.
Analizamos a continuación si la gasolina low-cost es diferente a la de coste normal y por qué se produce esta diferencia de precio.
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Esta afirmación es una de las que más podemos escuchar de forma general con relación a la gasolina low cost. Se considera que es más barata y, por tanto, de menor calidad. ¿Pero esta afirmación es correcta?
La respuesta es «sí y no», porque sí es la misma gasolina que aprovechan todas las empresas del sector, pero no es idéntica a la que llega a tu coche en cualquier estación.
Para entenderlo mejor, es necesario conocer el proceso de producción del combustible:
La diferencia clave está en este punto, dado que antes de ser dispuesto en los surtidores, el combustible puede recibir aditivos y otros elementos que, en teoría, mejoran su calidad de rendimiento y ayudan a que los componentes del vehículo mantengan la mayor durabilidad posible.
Las gasolineras low-cost prescinden de estos aditivos y ofrecen directamente el combustible a los conductores.
La calidad del combustible está garantizada, pero no los aditivos incluidos. Por tanto, la gasolina low cost no puede dañar el motor, pero sí es posible que su durabilidad sea mayor con otro tipo de combustible.
La gasolina low-cost se ofrece a un precio más económico en el mercado porque se prescinden de gastos que sí tienen otras gasolineras.
El proceso de añadir aditivos es una carga considerable que, en la práctica, supone un aumento del precio final al que se puede ofrecer la gasolina. Pero no es el único factor.
Estas gasolineras prescinden también de muchos otros servicios adicionales a los que podemos disfrutar en una estación de repostaje tradicional.
Por ejemplo, no cuentan con lavadero, ni con tienda donde comprar comida, bebida y otros bienes de consumo, tampoco ofrecen la venta de otros elementos como leña, bombonas de gas butano, aire para las ruedas, agua, etc.
De hecho, tampoco suelen contar con profesionales trabajando en la estación, por lo además de ahorrar el salario correspondiente, también derivan el servicio de repostaje a una acción que tienen que hace directamente los conductores.
Por último, en una gasolinera low-cost también se limita la variedad de tipos de gasolina, descartando las que son Premium o especiales, para centrarse exclusivamente en las que tienen mayor potencial de comercialización.
H2: Diferencias entre gasolina low-cost y normal
A nivel de combustible, la gasolina low-cost solo se diferencia de la gasolina normal porque es ofrecida al conductor directamente del depósito del centro logístico al surtidor, sin procesos de aditivos de por medo.
Aunque es posible que conduzcas un coche durante toda su vida útil y no lo notes, la gasolina de las grandes marcas con aditivos y otros elementos incluidos en el combustible original, ayuda a que el rendimiento, la durabilidad y la resistencia de los componentes se mantenga durante mucho más tiempo, reduciendo así la velocidad de deterioro que puedan sufrir.
Además, el combustible low-cost está limitado a las versiones más comercializadas, por lo que no está disponible en otras que ofrezcan propiedades especiales como la gasolina 98 o de gama Premium.
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