Dentro de las opciones de combustible que tenemos disponibles actualmente, el gas licuado del petróleo gana progresivamente más terreno.
Vamos a ver qué es el GLP, cómo funciona y, sobre todo, qué beneficios son los que llaman tanto la atención como para que cada vez más conductores se decanten por él.
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En primer lugar, para saber qué es el GLP, debemos entender por qué sus siglas significan “gas licuado del petróleo”.
El GLP es en realidad un combustible elaborado a base de propano y butano, que se mezclan a presión.
Gracias a que se somete a una alta compresión, este material pasa de gaseoso a estado líquido, por lo que ocupa menos volumen y se puede transportar y distribuir con mayor facilidad.
El GLP se obtiene sobre todo desde yacimientos de gas natural o petróleo. Como hemos indicado, se transporta en formato líquido y, además, se distribuye de esta forma, por lo que es fácil adaptarlo a las estaciones actuales y a los vehículos que circulan hoy en día.
No obstante, si un coche no es compatible con GLP de fábrica, entonces tiene que pasar por un proceso de adaptación, que en realidad no es excesivamente complejo ni caro.
Los coches que se fabrican con compatibilidad con GLP son llamados vehículos “bifuel” y cuentan con dos depósitos para aprovechar gasolina o GLP según decida el conductor.
Ya sabemos qué es el GLP y cómo funciona, pero ¿realmente vale la pena aprovechar esta alternativa en combustible?
Pues lo cierto es que cuenta con numerosas ventajas, de las que podemos destacar las siguientes:
El precio del gas licuado del petróleo es hasta un 45% inferior al de la gasolina tradicional, lo que representa un atractivo muy importante para todos los conductores.
El GLP se adapta perfectamente a las estaciones de repostaje actuales, porque es muy similar en este servicio a la gasolina o el diésel.
Un coche con GLP recibe la etiqueta ECO de la DGT, lo que confirma el aporte de sostenibilidad que ofrece este material.
En la práctica supone una menor emisión de dióxido de carbono de hasta un 15% en comparación a un coche de gasolina y una reducción del 80% de óxidos de nitrógeno, en comparación a un diésel.
El gas licuado del petróleo tiene la ventaja adicional de no dejar tantos residuos como la gasolina en el motor.
Por tanto, el deterioro de este componente es más lento y puede aprovechar una vida útil más longeva, lo que siempre repercute favorablemente para el conductor en términos de funcionalidad y costes.
Aprovechar las ventajas del GLP en un coche que no viene de serie con esta compatibilidad es posible, siempre que se invierta en una sencilla instalación, en la que se incluyen los siguientes componentes:
Al tener claro qué es el GLP y para qué sirve en un coche, la pregunta es evidente: ¿por qué no todo el mundo escoge esta opción de combustible?
Lo cierto es que el gas licuado de petróleo tiene todavía ciertas desventajas que hay que pulir, por lo que si bien su expansión está siendo paulatina, aún quedan factores que mejorar para que sea una elección perfecta.
Los inconvenientes del gas licuado del petróleo que deberías tener en cuenta son los siguientes:
A pesar de que se ha demostrado que un coche adaptado al GLP acaba rentabilizando la inversión, lo cierto es que primero hay que asumir dicho coste. Puede suponer un trabajo de entre 1.500 y 2.500 euros.
Su amortización en muchos vehículos se produce a partir de los 50.000 Km, mientras que en los de mayor cilindrada esta amortización puede llegar a los 10.000 Km.
Todos los componentes del GLP requieren espacio. La mayoría de conductores prefiere prescindir de la rueda de repuesto a favor de esta tecnología, para que así no se note el aumento de peso.
En cualquier caso, sí se va a restar espacio al maletero, un factor clave en algunos casos, sobre todo para quienes viajan en familia y necesitan dónde guardar mucho equipaje.
El número de gasolineras con GLP supera las 800 en España y sigue en aumento, pero aún es insuficiente. Hace falta ampliar mucho más la presencia de estaciones con este combustible, para disfrutar de una circulación por todo el territorio nacional sin problemas de autonomía.
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